20/01/10

un público usuario


En las ciencias sociales la identidad como categoría de análisis es un tema central de discusión, porqué pretende dar respuestas a la interpretación de la instancia que Martin Heidegger denomina “se-en-el-mundo” con las representaciones que los seres humanos tienen de sí mismos y de los demás. Los nuevos entornos virtuales se han convertido en espacios para la interacción humana, donde el medio contribuye a la construcción y reconstrucción de lazos sociales menos rígidos, donde la identidad del sujeto contemporáneo debe ser entendida como fluida, híbrida y extremamente reflexiva. La invisibilidad del actor en el contexto virtual y la rapidez de las interacciones digitales favorecen el desarrollo de la capacidad de (re)construcción y moldeamiento de las identidades de acuerdo con las expectativas y los deseos de integración en el grupo social. Por esto es muy importante el momento en el que el individuo construye la representación de “si mismo” en relación a la que el grupo social tiene, o podría tener, de él. En definitiva, el saber quiénes somos y quiénes son los demás orientan nuestro “actuar-en-el-mundo” (...) porque dicha representación refleja nuestras creencias, valores, anhelos, biografías y sentires.

Un estudio recién realizado por el Instituto “Elogia Ipsofacto” y IAB Spain ( Interactive Advertising Bureau) titulado “Informe sobre Redes Sociales en España” , investiga los hábitos de los usuarios de estos medios, llegando a interesantes conclusiones acerca de como la edad genere una fuerte segmentación del público electivo de los social networks.
Según los entrevistados más jóvenes, entre los 18 y 24 años, las redes sociales son el medio más actual y el 76% de ellos consulta diariamente su perfil en Tuenti que por tiempo de consulta semanal supera, en esta franja de edad, Facebook, aun que este sea la red social más conocida de forma espontánea y sugerida (la utiliza el 82% de la muestra) y la preferida por la mitad de la muestra analizada.

Los datos de audiencia de hoy en día de sitios como Myspace, Facebook o Bebo en Reino Unido o Tuenti en España son una prueba de que realmente no estamos frente a un fenómeno pasajero, sino que vemos en estos sitios una respuesta a esta nueva necesidad de comunicación del internauta de hoy. Un internauta que quiere pertenecer a una comunidad, que busca personas afines que le aporten información, que le recomienden qué música comprar o qué libros leer y con los que crea un vínculo especial que genera una auténtica fidelidad que se traduce en horas de permanencia en estos sitios. Esta audiencia cautiva tiene un indudable valor y justifica el que no se cuestione su viabilidad como auténticos negocios y referentes de los sitios que realmente funcionarán en Internet, los sitios que cautiven audiencia. (Fernández S.: 2008)

Los investigadores Lamiero y Sanchez, tras realizar una investigación cuantitativa sobre los vínculos en internet, aportan las características positivas que los usuarios de redes sociales ven al servicio de chat: la inmediatez del intercambio con múltiples personas distantes geográficamente; su función de entretenimiento; la capacidad de recrear o alterar la propia identidad del usuario. Es muy interesante notar como el papel del público ha cambiado rápidamente durante los últimos años, pasando desde puro “receptor mediático” a “usuario participante” y como, al mismo tiempo, la mayoría de las cadenas televisivas hayan ido adecuándose a este novedoso modelo de participación que la Web 2.0 ofrece. RTVE ( Radio Televisión Española), Antena 3, TeleCinco y la televisión autonómica catalana TV3 no sólo ofrecen una consistente parte de la programación on-line, sino que también han creado páginas webs de las series y de los programas más exitosos donde la participación por medio de los foros, de los blogs y la constante comunicación con el usuario gracias a los servicios de podcast reestructura la relación binómica con el telespectador, rompiendo el principio de univocidad.
Un ejemplo del cruce entre el espectáculo televisivo y las nuevas herramientas de comunicación es la cantidad de blogs y de perfiles Facebook,Tuenti y MySpace de los personajes de algunas de las series televisivas. En menos de 3 semanas el perfil oficial de la seria “Física o química” emitida por Antena3 ha alcanzado los 3.718 fans.

Javier Olivares jefe de los guionistas de “Ventdelplá”, emitida por TV3, y guionista de la serie “Infidels” evidencia la relevancia que la web tiene en la realización de las historias, como fuente directa de inspiración, en cuanto índex de el argot y de los gustos del público objetivo, y como momento de diálogo directo con los telespectadores más jóvenes. La participación de los adolescentes y su fuerte actividad en la red es un elemento fundamental también para el planteamiento de nuevas estrategias publicitarias como el caso de la creación los perfiles Facebook y Tuenti de los personajes de “Sin tetas no hay paraíso” (Telecinco) antes del estreno de la misma o el nuevo concurso promocionado por la web http://www.dondeestayago.com/ relacionada con la nueva temporada de la serie “El internado” ( Antena3).
Han sido los jóvenes el destinatario privilegiado de la enunciación mediática contemporánea, por el gusto por la novedad y la búsqueda de la identidad, porque la apropiación y la explotación de estos rasgos singulares han creado un estereotipo dominante y, a veces hegemónico, de receptor modelo, hasta que se podría hablar de una “juvenilización de la cultura”.
Pérez Tornero afirma que

“los jóvenes son los más afectados por este tipo de discurso, por el proceso de construcción intensiva del receptor mediante mecanismos psicológicos que pivotan sobre operaciones de identidad, los medios proyectan un figura del joven estereotipada y atractiva que acaba siendo introyectada por los jóvenes. Mientras que los demás grupos de edad se hallan pobremente representados en los medios, los jóvenes están sobre-representados, hasta el exceso, y tienden a identificarse y proyectarse en ellos.”


El rango de edad que conforma el grupo jóvenes varía y no existe un patrón uniforme: el INJUVE (Instituto de la Juventud) considera joven hasta los 26 años, el Instituto Andaluz de la Juventud estima al colectivo joven hasta los 29 años. El libro Blanco de la Unión Europea considera juventud al período que se extiende entre los 15 y los 25 años de edad.
El concepto de adolescencia envuelve el proceso de impulso de desarrollo psicológico y social, por eso se puede considerar como el período de cambios fisiológicos y psicológicos que transcurre entre la infancia y la etapa adulta, proceso que se califica como constructivo porque se trata exactamente la construcción de una nueva identidad. En la adolescencia de acuerdo con Jean Piaget el joven “abstrae inferencias” y consigue ir más allá de los contenidos superficiales, superando las manifestaciones espacio-temporales concretas de los objetos. Esta transición del pensamiento concreto al pensamiento abstracto es parte de un proceso de autoconstrucción, que envuelve el auto reflexión a través de la experimentación del mundo y la construcción de un sistema formal lógico-científico que permite la interacción con la realidad.
Según Levi Strauss el sistema mediático tiene la capacidad de transmitir ideología y construir la realidad, absolviendo a la función de instrumento conceptual que tenía el mito en las sociedades primitivas para explicar el mundo y servir como medio de apropiación simbólica de la realidad.
Desde mediados del siglo XX la televisión transforma los modos de la circulación de la información en el hogar rompiendo el cortocircuito de los filtros de autoridad parental, que filtraba las imágenes que los niños tenían. Afirma Meyrowitz:

“Lo que hay de verdaderamente revolucionario en la televisión es que ella permite a los más jóvenes estar presentes en las interacciones de los adultos (...)"Es como si la sociedad entera hubiera tomado la decisión de autorizar a los niños a asistir a las guerras, a los entierros, a los juegos de seducción eróticos, a los interludios sexuales, a las intrigas criminales. La pequeña pantalla les expone a los temas y comportamientos que los adultos se esforzaron por ocultarles durante siglos”


La relación de los niños con el mundo adulto que instituye la televisión reconfigura radicalmente las relaciones, formando comunidades hermenéuticas que responden a nuevos modos de percibir y narrar la identidad.
Según un estudio de la FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción) y de INJUVE (Instituto de la Juventud-Ministerio de Igualdad) titulado Jóvenes en los medios. La imagen mediática de la juventud, desde su propia mirada, la percepción que los jóvenes tienen de su imagen en los medios es de un estereotipo sin interés ni motivación para estudiar, trabajar, o esforzarse en general.
Y además:

es frecuente escuchar en los grupos cómo echan de menos que en los medios muestren los esfuerzos de los y las jóvenes por sacar adelante su formación académica, formal e informal, como máxima representación de las cosas que contrarrestan y equilibran lo que se entiende como malo (salir, beber, etc.), en el sentido de ajeno a responsabilidades. También consideran como algo “bueno” el hecho de realizar las mismas actividades de ocio habituales sin crear escándalo social (por ejemplo, botellón organizado en torno a carpas), algo que tampoco consideran que se resalte convenientemente. Por supuesto que existen, y son nombradas, muchas más cosas “buenas” además de las responsabilidades escolares (voluntariado, deporte... por señalar algunas de las que mencionan), pero lo cierto es que su presencia discursiva es menor, y en función de otros argumentos.



Según un estudio elaborado por el Ayuntamiento de Madrid en noviembre de 2006, los jóvenes madrileños tienen una mala opinión de la televisión como recurso de ocio, prefiriendo Internet, los recursos de la telefonía móvil y de los videojuegos.
Tenemos que enfrentarnos a un nuevo paradigma emergente que está dibujando escenarios diferentes, por eso necesaria una toma de posición que sepa construir nuevas estrategias y medidas funcionales e integradas con el “afuera” y, al mismo tiempo, concienciarnos sobre el hecho que

La educación tiene que salir de su reserva académica para convertirse en una tarea global y cotidiana, que asuma la realidad social y que busque mejorarla. Educar no es sólo dar clases, es, en sentido amplio, ayudar e enfrentarse con el mundo, conducir, guiar y procurar inculcar un sentido crítico y una imaginación activa. Por ello la educación tiene que estar abierta al mundo de la televisión.
(...)
A largo plazo, pues, televisión y educación se cruzan en le proyecto de humanizar nuestro mundo. Pero, a corto plazo, ambas tienen que definir y potenciar sus relaciones ( J. M. Pérez Tornero, 1994)