27/09/10

Setiembre contracorriente

Setiembre mes de la vuelta i de “las vueltas” que damos con la cabeza interrogándonos sobre el sentido (¡siempre y cuando no nos haga demasiado daño!) de la temporada que nosespera.Buscando el recuerdo del olor de las noches de verano, con los ojos que nostálgicamente miran las fotos que todavía no hemos descargado desde la cámara digital al ordenador... ¡un día lo haré!

Momento para hacer buenos y nuevos propósitos, para acabar lo que dejamos a medias ( o por lo menos intentarlo), para meter mano a un blog que seguía deixat de la mà de Déu desde mediado de julio. Y, aunque no nos guste, setiembre cierre de un tiempo festivo y extraordinario, setiembre vuelta al disfraz de la rutina y a los vecinos de casa, de despacho, de asiento en el metro.

Hablar del sentido de precariedad que viven los jóvenes en el mundo laboral y afectivo requería un esprit particular, que el dichoso desgaste de energía de estas semanas no ha favorecido. Por lo tanto he hecho come el viejo sabio que espera sentado en la orilla del rio. Contracorriente.








Todas las recensiones que leí, hace unas semanas, hablaban de Brokeback Mountain (USA, 2005) como termino de comparación o como punto de partida o de referencia para el análisis de la película. A pesar de no ser un estimador de aquella película, para volver a rituales aglutinantes, el domingo fui al cine y con suma satisfacción pude constatar que las dos películas están tan lejos cuanto lo son los dos Países donde se desenrollan las historias, USA y Perú, y tan diferentes cuanto lo puedan ser montañas y mar.

Miguel (Cristian Mercado) es un pescador joven de Cabo Blanco, un pequeño pueblo de pescadores en el norte del Perú. Está casado con Mariela (Tatiana Astengo), quien espera el primer hijo de ambos, pero tiene una relación secreta con otro hombre, Santiago (Manolo Cardona).

La historia se desenvuelve en una pequeña comunidad de gente que vive del mar que en esta película es escenario vivo, marco de contexto y social. El mar es uno de los protagonistas, la comunidad marinera es el teatro, la comédie humaine, donde Miguel i Santiago se aman y viven las contradicciones el entorno, el drama no es todo interior si no que sale al exterior.. La socialización del conflicto interior es el aspecto más interesante de esta obra. El binomio dicotómico “nadie nos puede ver” y “nadie me puede ver”, que marca el eje de sentido de la historia, lleva el espectador a gozar del fluir de un verdadero cuento, en el significado más popular de la palabra. Durante la película, de hecho, la linea que separa las diferentes realidades se hace siempre más sutil hasta llegar al paroxismo de la entrada en conexión y de la fusión de la vida real con el mas allá.

Distancia y proximidad son los conceptos claves que desde las primeras escenas dibujan los confines y los límites dentro de los cuales se mueve la pequeña comunidad marítima. Cerca del mar viven Miguel y sus amigos, que se encuentran al bar para tomar algo o a la orilla (cerca del mar) para jugar a futbol. Lejos, fuera de la mirada de quien mira por detrás de las persianas, vive Santiago. En una zona desierta del pueblo, donde mar y cielo parece que se toquen, se encuentran también, los dos amantes, fuera de normas y costumbres que ontológicamente marcan lo que está de una parte o de la otra: la diversidad o mejor dicho, la alteridad como “otro respecto a”.

Será un error definir esta obra una película de género, porqué el director juega constantemente con los puntos de vistas de los actores y con cuanto sea uso común, por ceguera o ignorancia, encerrarse en creencia o, aun peor, dejarse influenciar por un rumor y, entonces, dejar de conocer y conocerse.

E fu così che da un giorno all'altro /bocca di rosa si tirò addosso /l'ira funesta delle cagnette /a cui aveva sottratto l'osso./Ma le comari di un paesino /non brillano certo in iniziativa /le contromisure fino a quel punto/ si limitavano all'invettiva. ( Bocca di Rosa. F. De Andrè)

(Y fue así que de un día a otro, labios de rosa se ganó la ira funesta de las perras a las cuales había quitado el hueso, Pero las mujeres de un pueblecito ciertamente no brillan por iniciativa/ hasta entonces las contramedidas se limitaron a la invectiva)

La homosexualidad es sin duda el motor desencadenante de los hechos, pero lo que destaca mayoritariamente es la idea de orden establecido endogámicamente por un sistema comunitario que no admite ni tolera la alteridad, en cuanto amenaza al status quo. Aquí llega (con mi personal enhorabuena) la importancia de los rituales en cualquier tipo de estructura social. Los rituales sirven para reconducir fracturas, perdidas y restablecer un orden perdido o encontrar uno de nuevo. Rituales como herramientas propias de los actores sociales que los ofician, administran y que los llevan a cabo.

La temática de la digna sepultura “para que el alma descanse en paz”, despierta las razones profundas del corazón que van más allá de las leyes de los hombres, porqué pertenecen a la ley natural de la sangre, de los sentimiento, de los lazos. Y, como en una tragedia de Sofocle, es no sólo necesario si no que natural enfrentarse a quien no lo permita.

“No era Zeus quien me la había decretado, ni Dike, compañera de los dioses subterráneos, perfiló nunca entre los hombres leyes de este tipo. Y no creía yo que tus decretos tuvieran tanta fuerza como para permitir que solo un hombre pueda saltar por encima de las leyes no escritas, inmutables, de los dioses: su vigencia no es de hoy ni de ayer, sino de siempre, y nadie sabe cuándo fue que aparecieron. No iba yo a atraerme el castigo de los dioses por temor a lo que pudiera pensar alguien (...)” (Antingona, Sofocle)

Miguel supera el conflicto que lo aniquila, entendiendo que los rituales no son fijos y no son propiedad exclusiva de una mayoría, si no que son un derecho consuetudinario, leyes de hombres hechas, nada más nada menos que por otros hombres. Así que en calidad de hombre/actor de su propia comunidad Miguel entiende que es en su derecho reivindicar “digna sepultura” para el cuerpo de una persona amada. De esta forma acariciado por la briza marina, podrá repetir las mismas palabras del mismo ritual fúnebre que abre la película. Una procesión abre y una procesión cierra. La crisis personal y colectiva puede ser reconducida gracias a la valentía de quien decide buscar un nuevo orden dentro y fuera de sí, enfrentándose y disolviendo el prejuicio, la ignorancia, la falta de conocimiento empírico y emocional.

Sentido de pertenencia i de culpabilidad, amor i respecto se bucean en un mar que, al mismo tiempo, quita y devuelve la vida. Un agua que se funde con sus habitantes que creen, viven, aman, rezan con y por ella.

Una historia que excava dentro el vacio y la ausencia, como lugares posibles, íntimos, donde se pueden todavía cumplir promesas y ofertas de amor.

Y no es por eso/que haya dejado quererte un solo día/estoy contigo aunque estés lejos de mi vida/por tu felicidad/a costa de la mía.